Antonio Quintana (1904 - 1972).
El rostro de un país a través de su cámara
Develar Chile y su gente fue el objetivo del fotógrafo Antonio Quintana. Su lente demostró cómo la fotografía puede ser un medio de expresión y no un simple registro de la realidad. Fue profesor de química y física y su exoneración del magisterio por motivos políticos, durante el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, hizo que se acercara a la fotografía de manera autodidacta durante la década de 1930. Desde esa fecha empezó a colaborar con revistas de arte y arquitectura. Desde 1940, se dedicó a la enseñanza de la fotografía en el Instituto de Artes Gráficas y en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, convirtiéndose en el formador de una generación de fotógrafos chilenos, entre los que se cuenta Domingo Ulloa. En esos años introdujo la fotografía mural, de veinte metros por dos, hasta entonces desconocida en nuestro país. La obra fotográfica de este artista abarcó los más diversos géneros fotográficos como la arquitectura, el paisaje y los retratos. A través de la vastedad de su obra y de las temáticas abarcadas, es posible apreciar el fuerte compromiso social que marcó su proyecto fotográfico. Su trabajo revela las distintas caras de nuestro país: los trabajadores, los niños, los diversos rubros de la industria y la religiosidad popular, entre otros. Y es precísamente esto, lo que define a Antonio Quintana como el iniciador en nuestro país de la fotografía como documento social. Sin embargo, este compromiso social y su militancia en el partido comunista, fueron determinantes para que en 1948, durante el gobierno de Gabriel González Videla, el artista debiera abandonar el país por sus ideas políticas. De vuelta en Chile, hacia 1954, reanudó sus clases en la Escuela de Periodismo y emprendió varios proyectos, entre ellos el libro Las piedras de Chile en conjunto con su amigo Pablo Neruda y una de sus series de fotográficas más impactantes: Las manos de Chile, en el que registró cientos de manos de trabajadores y campesinos del país. En octubre de 1960, se inauguró la exposición fotográfica El Rostro de Chile, quizá la exposición colectiva más importante que se haya producido en el país, concebida por Antonio Quintana en su afán por rescatar la esencia de nuestro país a través de la fotografía.
Develar Chile y su gente fue el objetivo del fotógrafo Antonio Quintana. Su lente demostró cómo la fotografía puede ser un medio de expresión y no un simple registro de la realidad. Fue profesor de química y física y su exoneración del magisterio por motivos políticos, durante el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, hizo que se acercara a la fotografía de manera autodidacta durante la década de 1930. Desde esa fecha empezó a colaborar con revistas de arte y arquitectura. Desde 1940, se dedicó a la enseñanza de la fotografía en el Instituto de Artes Gráficas y en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, convirtiéndose en el formador de una generación de fotógrafos chilenos, entre los que se cuenta Domingo Ulloa. En esos años introdujo la fotografía mural, de veinte metros por dos, hasta entonces desconocida en nuestro país. La obra fotográfica de este artista abarcó los más diversos géneros fotográficos como la arquitectura, el paisaje y los retratos. A través de la vastedad de su obra y de las temáticas abarcadas, es posible apreciar el fuerte compromiso social que marcó su proyecto fotográfico. Su trabajo revela las distintas caras de nuestro país: los trabajadores, los niños, los diversos rubros de la industria y la religiosidad popular, entre otros. Y es precísamente esto, lo que define a Antonio Quintana como el iniciador en nuestro país de la fotografía como documento social. Sin embargo, este compromiso social y su militancia en el partido comunista, fueron determinantes para que en 1948, durante el gobierno de Gabriel González Videla, el artista debiera abandonar el país por sus ideas políticas. De vuelta en Chile, hacia 1954, reanudó sus clases en la Escuela de Periodismo y emprendió varios proyectos, entre ellos el libro Las piedras de Chile en conjunto con su amigo Pablo Neruda y una de sus series de fotográficas más impactantes: Las manos de Chile, en el que registró cientos de manos de trabajadores y campesinos del país. En octubre de 1960, se inauguró la exposición fotográfica El Rostro de Chile, quizá la exposición colectiva más importante que se haya producido en el país, concebida por Antonio Quintana en su afán por rescatar la esencia de nuestro país a través de la fotografía.
Debo decir que hace algunos dias, tuve en mis manos el libro Las piedras de Chile, es increible.
fotografias demasiado lindas, me mató
fotografias demasiado lindas, me mató